Empieza cuando aparece
un tenue rayito luminoso
abriéndose paso en la oscuridad,
entre la penumbra
de las difusas
y sinuosas sombras,
que evadiéndose
reptan por rocas,
cerros y valles.
La claridad emergente
anuncia: el despertar
de un hermoso
y sereno sol naciente.
La tierra es menos que una pizquita de polvo cósmico
perdida en los recovecos de la inmensidad del universo,
en donde la luz se adormece en los brazos infinitos
del paciente e inalterable tiempo...