El
cielo le ha concedido un deseo…
…ya
se le ha cumplido el deseo…
…………………………………………………..
…Era
el destino de su ser…
…al
fin estaba a punto…
…era
su primera vez…
…se
sentía tan torpe y ansioso…
...fue
algo tan especial, fabuloso,
aunque
raro: doloroso
y
luego, dulce y muy agradable…
místico,
transpuesto de etéreo a sutilmente tangible
y
luego a corpóreo… o algo así…
era
un torbellino de desconocidas sensaciones,
le
pareció un sueño…
ya
ha conocido el amor…
… y
después…
y
después se durmió profundamente y soñó…
…Se
despierta en el seno
de esos
bellos pechos turgentes y cálidos…
…Y
aunque se encuentra algo turbado,
aún
así... nuevamente...
se
enciende todo…
y,
entonces desde esa cálida boca,
a
través de unos labios magníficos,
brota
un beso espléndido…
y
luego muchos… un racimo de besos
que
estallan sobre sus mejillas
y
su primeriza e inexperta boca sedienta,
recibe
un torrente de besos que rebasan,
derramando
miel sobre él…
y
mientras, ella es capturada
por esos
ojos recién abiertos a una nueva luz...
Él
la mira a ella conmovido, absolutamente consciente
de
la inmensidad de aquel fabuloso ser:
aquella
mujer que sonriente, lo arrulla…
que
lo hace sentir pleno, satisfecho, feliz.
Mientras
siente él que se eleva,
y luego
baja al suave contacto
con
ese tibio cuerpo femenino…
siente
a la vez que flota en el aire
y después,
de alguna forma,
aquella
grandiosa imagen
se
esculpe en su corazón
que
late infinito…
Y
su esencia fluye, lo absorbe,
aquella
generosa e inmaculada alma
está
en comunión con la de él.
Son
el Génesis…
Y
ambos, al igual que al nacer
las
estrellas palpitantes,
se
expanden juntos, vastos,
como
uno… son uno… un sólo ser…
dos
espíritus unidos en trascendencia
hacia
la eternidad…
es
algo que lo estremece,
lo
hace oscilar y lo arrebata…
… y
después…
y
después se duerme y sueña…
sueña
o le parece que sueña…
es
un niño no nato,
que
en el plácido vientre de su madre,
espera
--sin saberlo-- nacer a la vida,
a
un mundo desconocido y sorprendente…
…era
la primera vez que su alma
había
sido lanzada al tiempo,
envuelta
en un cuerpo,
para
ocupar un lugar en un espacio
en
que la nada es abismante…
Pero
ella, aquel ser especial,
generosa,
formidable,
que
lo colma de besos: es el todo…
Ella
es su todo.
Capturada,
sin saber cómo,
por aquellos
inéditos
y
diminutos ojos recién abiertos
aunque (por
ahora) sin vista,
pueden
sentir la nueva luz...(la del amor)
que
ha llenado todo el espacio...
es
una epifanía...
un
milagro...
¿El
tiempo se ha detenido o fluye raudo?
¡¡Que
importa…!!
…Ambas
almas siguen en comunión.
Están
en estado de pureza. Consagradas.
Ambos
seres están colmados de felicidad…
Y
ya trascienden hacia la eternidad:
¡¡
han inventado el amor…!!
…Luego,
se despierta en el seno
de
sus bellos pechos turgentes y cálidos…
pletóricos
de leche nueva,
dulce
alimento, perfecto para él.
Se
le ha concedido un gran deseo…
ha
conocido el amor,
pues,
ha nacido y ya tiene una madre:
¡¡
Su Mamá !!
con
la que inventaron el amor,
aquel
amor inmenso…
ese
amor que sigue creciendo…
y
se hace infinito y eterno.
Quizás
pronto olvidará todo,
su
inocente conciencia,
que
ha sido artífice y testigo
de
este acto divino,
olvidará
también su propio origen…
la
divinidad de dónde proviene,
la
divinidad del ser espiritual que él es
y
que está --temporalmente--
inmerso
en una materia finita,
y
sí, sólo será otro ser humano más
que
habrá olvidado…
mientras
disfrutará y se concentrará
sólo
en ella: Su Hermosa Madre,
preciosa
manifestación celestial del amor…
su
propio universo maravilloso.
Ella,
fuente inagotable de amor incondicional,
que
lo concibió en su amoroso nido,
y ahora
lo acurruca y envuelve
en
su agradable regazo protector.
En
donde lo arrulla y llena de copiosas caricias…
…y
así entonces, nuevamente,
desde
aquella cálida boca,
a
través de unos labios magníficos,
brota
un beso espléndido…
y
luego muchos… un racimo de besos…
que
estallan sobre aquel
fresco,
desvalido y diminuto ser
que ha nacido.
que ha nacido.