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martes, 5 de mayo de 2015

Al Atardecer

La bella y sutil ostentación,
que deja el atardecer
durante el ocaso,
cuando al irse a dormir el sol,
da las últimas pinceladas,
de luces, sombras
y caprichosas formas,
sobre el cielo.
Salpicándolo de tenues
aleaciones de magentas y cianes
--que no alcanzan a ser
celestes, azules, rosados,
lilas o morados,
aunque pudieran ser
suaves mezclas heterogéneas de ellos--
interrumpidos apenas
con algo de tímidos
blancos, grises y amarillos;
cuya levedad tonal enmarcan la ciudad,
poco antes de que comiencen a encenderse
sus artificiales y poco agraciadas lucecillas,
que impedirán que ésta se sumerja
en la oscuridad de la noche...