Aquel “campamento” es un “gueto”
y existen muchas carencias.
Sobrevivir ahí cada día,
resulta en todo un reto.
Los discriminan por su aspecto,
“no tienen buena apariencia”.
No entra la policía,
la que “brilla por su ausencia”…
Cae la lastimera lluvia
sobre la rota ventana
de una choza muy pobre,
cochina y destartalada.
De ver esas condiciones
a unos cuantos les apena,
pero nadie ha hecho nada
para que eso no suceda.
Son cuatro palos parados
unidos por unas tablas,
por donde se cuela el viento
y el frío que lo acompaña.
Sacudiendo la poca ropa
de un escuálido camastro,
en donde duerme un niño
junto a su pequeña hermana.
Ambos están harapientos
y de frío tiritando
--aún así, están dormidos--
por el momento descansando
del hambre que cada día,
siempre los está apretando.
Revolotean las cortinas
desteñidas y deshilachadas
que no aíslan la humedad,
ni evitan las miradas.
A través de la ventana rota,
queda expuesto todo el cuarto,
el suelo de tierra es barro,
no tienen con qué secarlo…
Y al parecer el mal tiempo
se quedará un largo rato.
Sin ningún remordimiento
sobre la deshecha cama,
con los ojos perdidos
y la cara demacrada,
mientras la madre se jala
la droga que le ha quedado,
aquella que no ha vendido,
pues sin duda, es la más mala.
El padre yace a su lado,
compartiendo esa misma cama
maloliente y desarmada
y además, de estar borracho,
también se encuentra “volado”
consumió la “blanca dama”,
para sentirse aún "macho"
y un poco menos angustiado.
…………………………………………….
Esa “dama” seductora,
"diosa" blanca como la nieve,
tan fina y provocadora,
es un polvo que te envuelve.
Te inspira y pronto te elevas,
te atrapa y deja caer.
Dominarla tú pretendes
y quedas postrado a sus pies.
Y cuando quieres dejarla,
al poco tiempo te pierdes.
Le vendes hasta tu alma
y apartarla ya no puedes…
Te sumerge bajo su manto
y va debilitando tu mente,
--es como de la sirena el canto
que te va dejando inconsciente--
Hace que lo olvides todo:
la familia, la voluntad, los valores…
y de cualquier modo
te convierte en indecente.
……………………………………………..
Ambos son consumidores
y al micro tráfico dedicados.
A sus hijos los exponen
y son por ellos maltratados.
En un letárgico trance
se encuentran siempre extraviados.
Ya no buscan sensaciones
sólo quieren tranquilizarse.
Se meten cosas peores,
lo que sea que esté a su alcance,
trastornados por visiones
producto de la “la pasta base”,
(son una especie de zombies).
Consumidos por el vicio
y su situación delicada:
se meten de lo que venga,
no le hacen asco a nada,
hasta “raspado de muralla”
si eso les viene en gana…
Está avanzada la noche,
es casi de madrugada,
El plasma sigue encendido
y es de 42 pulgadas.
Aunque la “tele” ha acabado
hace rato sus programas.
Las “hormigas” mientras tanto,
se han tomado la pantalla…
La plata no les alcanza
--y cómo puede esperarse--
es poca la ayuda del estado:
por eso hay que “sacrificarse”,
aunque parezca un pecado.
Y por tanto, los otros hijos,
se encuentran abandonados,
en hogares de menores
aprendiendo nuevas “artes”.
No los pueden mantener,
pero eso, no es importante.
las adicciones van primero
en su escala de prioridades.
Porque aún más relevante,
al igual que muchos “giles”,
es que deben aportar
a las arcas de los “dilers”,
de reconocidos traficantes,
que se han tomado el lugar...
Son muchos los responsables
y es mejor que esto se tape.
Cómo se quiere ignorar,
ya al parecer, no hay escape.
Aquella ventana rota
de la choza miserable,
muestra una cruda realidad
que a simple vista se nota
y ocurre por doquier
por toda la gran ciudad…
( Nota: "Campamento" --> Es lo que en Chile se denomina popularmente como una "población callampa",
corresponde a un asentamiento precario e informal, equivalente a una "villa miseria" )
( Nota: "Campamento" --> Es lo que en Chile se denomina popularmente como una "población callampa",
corresponde a un asentamiento precario e informal, equivalente a una "villa miseria" )