Tu boca melosa un día
me dijo que me quería.
Mi corazón se escapó,
en el pecho no cabía.
Pues sentía tanto amor,
explotaba de alegría.
Mi boca quería hablar
y decir nada podía.
No había perdido la voz,
un beso se lo impedía.
Era tan feliz contigo,
la vida me sonreía.
Era aquel peregrino
que re encontraba su camino
Pero nada es para siempre.
Hace un tiempo lo presentía,
tú ya dejaste de quererme,
aunque tu boca mentía
diciéndome que me amabas,
y que fiel
siempre serías.
Tus palabras no me calmaban,
Sabía que te perdía…
Tu cuerpo me traicionaba.
Tus falsos besos me herían
y secaban mi poca fe.
Maldito el destino cruel,
que dolor insoportable.
Tus nuevos besos de ahora,
no eran tus besos de antes.
De su frescura encantadora
eran remedos infames,
amargos como la hiel,
tan fríos como la nieve
rasgaban toda mi piel,
sin que pudiera evitarse.
Impía boca melosa
te pegas a mi querer.
Y yo no quiero otra cosa,
que olvidarte de una vez.
Maldita arpía querida,
qué herida dejaste en mí.
Sangrante está todavía
y ya no tengo porvenir.
Y aunque dejarte querría,
no puedo vivir sin ti…
no puedo vivir sin ti…