Datos personales

sábado, 28 de marzo de 2015

Tu Importante Rol

Me desatas de mi timidez,
me abrazas con tu cuerpo desnudo
y me albergas en tu seno.
Lo otro, puede esperar…
Dormir mientras me acaricias
es exquisito.
Es lo más placentero que he sentido,
más que lo puramente carnal.
Siento mi alma vibrar y sincronizarse,
entrando en resonancia mística
con la tuya.
Te sueño
y vuelo al cielo.
Invades mi pensamiento
(y quiero creer
que yo también el tuyo).
Sueño que somos uno.
Cuando despierto sobre tu regazo,
tu mirada es lo primero que disfruto
y mientras me sigues acariciando
me regalas una tierna sonrisa.
Ya te amo…
desde hace tiempo quizás.
No me importa
si lo hacemos o no,
no me importa
si te debo pagar.
Porque esto lo vale.
Sin duda alguna,
que lo vale.
Lo vale tanto.
Tus servicios son de lo mejor,
cumplen un importante rol social.
Y yo, es lo más cercano al amor
a lo que puedo optar.
Hoy te amo y ya...
no me voy cuestionar…



jueves, 26 de marzo de 2015

Pídemelo y Me Iré

Dime que me vaya…y me iré.
Pídeme que me vaya…y me iré.                                  
Exígeme que me vaya…y me iré.
Échame…y me iré.
Pero dilo. Dilo ya.

No me dejes atrapado
en tus ojos tristes.
No me mantengas prisionero
de tu mirada vidriosa,
llena de angustiosa resignación.

No me grites tus reproches
con tus largos, tensos
e intolerables silencios,
que se enredan en mi conciencia
como telarañas.

Libérame de mi confortable
comodidad material
y de la inquietante
esclavitud emocional,
que me acongoja.

Destruye mi apatía
con un “vete, ya no te amo”.
Por favor, por favor libérame
de la insoportable monotonía
de este amor, que ya no es tal.




miércoles, 25 de marzo de 2015

Impredecible

Llamas a mi puerta,
miras desconfiada:
esperas respuestas,
no sé qué te enfada.
No sé qué decirte.
No sé lo qué pasa.
Pretendo mentirte,
me siento culpable,
aunque no sé de qué.
Observo tu rabia
que apenas contienes,
tu respiración agitada
me advierte
que pronto se acerca
una escena crispada,
patética y terca,
de gritos y llanto.
Tu voz ya frenética,
apaga mi pudor
con tal de desencanto,
que quiero correr
lejos del mal rato
que voy a tener.
Me miras, me retas,
me gritas garabatos
y tus arrebatos
me llenan de pavor.
No sé lo que hice,
tal vez tú lo sepas,
por qué no me dices
y dejas la actuación.
Me culpas de algo,
que aún no me dices,
tus gestos me hablan,
porque tus palabras
no me dicen nada,
pero lo que entiendo
es alguna locura,
alguna ilusión
que sin duda tuviste.
Producto de tu mente
y de mi sumisión.
Antes podía adivinar
tus frecuentes momentos
de locura y paranoia.
Pero el tiempo
te ha vuelto impredecible.
No sé qué te aqueja.
De pronto me enfrentas
con gran agresión.
Mamá, ya estoy grande,
por si no te acuerdas,
hace cuatro años
pasé los cuarenta,
Tú nunca me entiendes,
creo que me iré
muy lejos de casa,
muy lejos de usted.
Y por favor,
mamita querida,
mamita adorada,
procura no olvidarte
mandarme mesada
a la dirección,
que tan pronto la tenga,
te la haré saber.
Si no te he dejado sola
es porque te quiero
y, ¿por el dinero?
bueno, por eso también.
Si no quieres que me vaya,
me lo dices ahora,
porque cuando lo haga
no regresaré.
Ni aunque me ruegues,
esta vez no se repetirá,
lo de la última vez.
(Al menos ahora,
eso creo.
Mañana, tú sabes:
todo puede ser)




La Dama Blanca

Te inspira y pronto te elevas,
te atrapa y deja caer.
Dominarla tú pretendes
y quedas postrado a sus pies.

Y cuando quieres dejarla,
al poco tiempo te pierdes.
Le vendes hasta tu alma
y apartarla ya no puedes…

Te sumerge bajo su manto
y va debilitando tu mente,
--es como de la sirena el canto
que te va dejando inconsciente—

Hace que lo olvides todo:
la familia, la voluntad, los valores…
y de cualquier modo,
aún persisten los temores…

Es una “dama” seductora,
"diosa" blanca como la nieve,
tan fina y provocadora,
suave polvo que te envuelve.

La dama blanca te ha convertido
en un enfermo permanente,
que tu vida ha destruido
por un placer efímero y decadente…