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sábado, 18 de abril de 2015

En Círculo

Cristóbal de 7 años, veía televisión junto a su mamá. En un momento dado apareció un aviso comercial, en el que se veía a una muchacha depilándose las piernas. Extrañado le preguntó a su mamá:

--¿Qué está haciendo ella?

--Se está depilando. Le contestó medio distraída.

--¿Y por qué ella se depila?. Repreguntó muy interesado.

--¡Mmmh… no sé! --le contestó su mamá, haciéndose un poco la lesa y agregó-- quizás quiere verse más linda, al tener sus piernas suaves y sin vellos.

--¡Aah!-- exclamó el niño asombrado y replicó --¿y los hombres también se depilan?

--No, los hombres no se depilan --le contestó algo desganada, pero de inmediato se corrigió-- Bueno, en realidad hay algunos que se depilan. Por ejemplo, algunos deportistas como los atletas...

Cristóbal la interrumpió --¿y para qué se depilan?

--Eeeh, esteeee... aquellos que se dedican a correr cuando se depilan pueden correr más rápido --le respondió la mamá, como para salir del paso.

--Mmmmh...-- Cristóbal meditó un par de segundos y luego, mientras hacía un gesto: señalando con su mano derecha desde la punta de la cabeza y desplazándola longitudinalmente a través de todo su pequeño cuerpo de niño, como si lo dividiera de arriba abajo en dos mitades simétricas. Y, tal si fuera él un sabio que va a enunciar un importante axioma que acaba de descubrir, muy serio y rotundo, afirmó:

--"Si esos hombres sólo se depilaran la mitad del cuerpo, entonces ellos correrían en círculos".

--¡¡¿....?!!-- su mamá quedó perpleja...




(Nota: Cristóbal es uno de mis sobrinos y me dio mucha risa cuando me lo contaron. Yo me imaginaba lo que él "vio" en su mente: "al tipo tratando de correr para adelante y la impotencia de conseguir sólo correr en círculos". Puede ser que yo esté exagerando o "poniéndole mucho color", es que la reflexión fue formidable y la deducción final de Cristóbal también fue genial. Encontré fantástica su capacidad de generar esa rápida abstracción conceptual, que no es trivial, sino que es digna de una mente prodigiosa y brillante, alguien con un concepto matemático y físico avanzado para un niño de su edad. Debo agregar, que él aprendió a leer prácticamente solo. Además, cuando le enseñaron a sumar, él dedujo la resta y después, cuando aprendió a multiplicar y antes de que le enseñaran a dividir, él podía realizar mentalmente --de manera intuitiva-- dicha operación aritmética, sin saber ni siquiera su nombre.)


sábado, 4 de abril de 2015

Boquita Rosa Coral

Me iba del pueblo ese día
y no iba a regresar.
Rompió la suerte,
de pronto, la monotonía,
y entre mucha gente
yo te vi pasar,
vestida de brisa y de manantial.
Agüita pura de vertiente.
Boquita rosa coral.
Lucen tus ojos el cielo
con su color celestial.
Mi corazón, en revuelo,
no cesa de palpitar.
Sintió el amor que se siente
cuando se quiere de verdad.
Dame un besito, querida.
Sólo un beso y nada más,
para tenerte en mi vida,
por si el destino pretende,
que yo no vuelva jamás
y aunque sea en mi recuerdo,
yo te podré disfrutar.
Así que de ti depende
que no me quiera marchar.
Y si de mí te enamoras,
siempre tú me tendrás.
Porque tus labios hermosos
aquí me detendrán.
Pues, lo único que deseo
es yo poderlos besar.
Derramar el amor que se vierte
como agua de manantial.
Agüita pura de vertiente.
Boquita rosa coral,
dame un besito, aliciente,
para quererme quedar.



Mi Almohada

No puedo dormirme.
No encuentro mi almohada.
Y no puedo hacerlo
si no puedo abrazarla.

Es porque ya hace tiempo
que me echaste
de la que fue nuestra cama.

Cierro los ojos
y veo tu cara.
Cuando los abro,
no veo nada.

A veces te oigo
entre mis sábanas:
 “ahora no quiero,
no tengo ganas”.

Esto sí, no me lo esperaba:
no puedo dormirme,
¡¿dónde está mi almohada?!.