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sábado, 4 de abril de 2015

Mi Almohada

No puedo dormirme.
No encuentro mi almohada.
Y no puedo hacerlo
si no puedo abrazarla.

Es porque ya hace tiempo
que me echaste
de la que fue nuestra cama.

Cierro los ojos
y veo tu cara.
Cuando los abro,
no veo nada.

A veces te oigo
entre mis sábanas:
 “ahora no quiero,
no tengo ganas”.

Esto sí, no me lo esperaba:
no puedo dormirme,
¡¿dónde está mi almohada?!.