Mis ojos se vaciaron en un tiempo despiadado.
De tanto mirar y no ver nada más que nada.
El llanto se acabó de tanto sufrimiento,
pero antes, las lacerantes lágrimas
De tanto mirar y no ver nada más que nada.
El llanto se acabó de tanto sufrimiento,
pero antes, las lacerantes lágrimas
trepanaron mis órbitas sin vista.
En una era en que el mejor alimento
es el odio....
Caos brutal silenciando a los que claman.
Nadie teme perderse en la bruma,
es el odio....
Caos brutal silenciando a los que claman.
Nadie teme perderse en la bruma,
vaciada, extraída y succionada,
insaciablemente, sin ningún miramiento,
por la caótica nada.
El miedo es a permanecer vivo.
No caben lamentos después de perderlo todo,
El miedo es a permanecer vivo.
No caben lamentos después de perderlo todo,
cuando ni la piedad queda...
Llamas a quienes amas... pero no están...
Llamas te queman la garganta, te sofocan
y las palabras se pierden entre aquellos perdidos en la vastedad del caos,
en la inmensidad de la nada,
Llamas a quienes amas... pero no están...
Llamas te queman la garganta, te sofocan
y las palabras se pierden entre aquellos perdidos en la vastedad del caos,
en la inmensidad de la nada,
que se traga todo...
que absorbe mi alma.
El vacío se perpetúa...
El vacío es el todo ahora,
después que nada quedó...
Dónde se quedó mi amor...
Dónde se fue mi vida.
Disociado de la realidad verdadera
o inmerso en ella sin verla.
Dónde estoy,
que absorbe mi alma.
El vacío se perpetúa...
El vacío es el todo ahora,
después que nada quedó...
Dónde se quedó mi amor...
Dónde se fue mi vida.
Disociado de la realidad verdadera
o inmerso en ella sin verla.
Dónde estoy,
si el caos distorsiona mis referencias
y la nada no tiene hitos ni límites
desde donde asir un vistazo
de ciego agonizante.
No siento mi ser en mí.
He perdido mi espíritu y mi decencia.
El dolor insoportable me doblegó
y mi último grito se ahogó en mi boca
cerrada, llena de fango rojizo.
Soy una exhalación de aliento envilecido,
un ente decadente, sin Dios ni Ley,
que ha perdido su alma y su ser
en el tiempo del caos total...
esfumándose hacia la nada,
vaciado de cualquier ápice de amor...
de ciego agonizante.
No siento mi ser en mí.
He perdido mi espíritu y mi decencia.
El dolor insoportable me doblegó
y mi último grito se ahogó en mi boca
cerrada, llena de fango rojizo.
Soy una exhalación de aliento envilecido,
un ente decadente, sin Dios ni Ley,
que ha perdido su alma y su ser
en el tiempo del caos total...
esfumándose hacia la nada,
vaciado de cualquier ápice de amor...